18 «Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia; pero
nosotros tenemos nuestra confianza puesta en Dios Todopoderoso, que
puede abatir con un gesto a los que vienen contra nosotros y al
mundo
entero.»
19 Les enumeró los auxilios dispensados a sus antecesores,
especialmente frente a Senaquerib, cuando perecieron 185.000,
20 y el recibido en Babilonia, en la batalla contra los gálatas, cuando
entraron en acción todos los 8.000 judíos junto a los 4.000 macedonios, y
cuando los macedonios se hallaban en apuros, los 8.000 derrotaron a
120.000, gracias al auxilio que les llegó del cielo, y se hicieron con un gran
botín.
21 Después de haberlos enardecido con estas palabras y de haberlos
dispuesto a morir por las leyes y por la patria, dividió el ejército en cuatro
cuerpos.
22 Puso a sus hermanos, Simón, José y Jonatán, al frente de cada
cuerpo, dejando a las órdenes de cada uno 1.500 hombres.
23 Además mandó a Esdrías que leyera el libro sagrado; luego, dando
como consigna «Auxilio de Dios», él mismo al frente del primer cuerpo
trabó combate con Nicanor.
24 Al ponerse el Todopoderoso de su parte en la lucha, dieron muerte
a más de 9.000 enemigos, hirieron y mutilaron a la mayor parte del ejército
de Nicanor, y a todos los demás los pusieron en fuga.